Con la tecnología de Makian puedes mantener a raya cualquier tipo de alteración u oxidación en los frutos secos.

Los frutos secos ofrecen una prolongada conservación, esto se debe al contenido graso de su composición y su proceso de embalaje para conservarlo, esta materia prima debe estar en un lugar fresco y seco en una temperatura ambiente de 7ºC a 12 ºC, manteniendo el envase cerrado y preservándolo de la luz.

Si el embalaje de grandes cantidades a granel se produce en bolsa selladas al vacío o con atmósfera modificada van a tener una mejor duración y conservaran su sabor más fresco.

Lo más habitual cuando no se siguen estas recomendaciones en los frutos secos es la oxidación lipídica que puede sufrir esta materia prima por la alteración de su contenido graso. Pero esto es muy sencillo de prevenir, evite el contacto prolongado hacia la luz y el calor, por tal, se debe mantener en lugares frescos, teniendo en cuanta el control de humedad relativa.

Una vez los frutos secos están secos, estos deben ser almacenados en condiciones óptimas de temperatura y humedad. En el caso de la almendra y la avellana, la humedad relativa debe estar por debajo de los 65% con una temperatura de entre 10ºC y 15ºC.

Si no mantenemos las medidas adecuadas nos arriesgamos a la aparición de gusanos u hongos que podrían poner en peligro toda la cosecha.

Seguridad alimentaria
Este aspecto de la calidad es especialmente relevante en el caso de los frutos secos. Así, se deben considerar los residuos de productos fitosanitarios, dado que suponen una barrera importante para la exportación a algunos mercados.